TOC en niños
Qué hacer si tu hijo tiene TOC ¿Es culpa Vuestra? ¿Qué debes hacer? TOC Infantil soluciones y consejos
El TOC de inicio en la infancia es más frecuente de lo que parece lo que ocurre es que suele estar sub-diagnosticado o mal diagnosticado bajo otros trastornos. La razón es que el TOC infantil es más difícil de diagnosticar porque:
- El niño no tiene conciencia de lo que le ocurre y de que eso pueda ser un trastorno.
- El TOC genera en el niño desconcierto y culpa.
- El niño suele ocultarlo.
- El TOC pasa desapercibido para los adultos.
Todo ello hace que el tiempo entre la aparición de los síntomas y el inicio del tratamiento marque una etapa de malestar y dificultades en relación con los padres, amigos, actividades, rendimiento académico… que podrían ser subsanados con un diagnóstico y tratamiento precoces.
A los niños les resulta difícil explicar sus síntomas por lo que son los adultos los que deberían estar atentos, especialmente, a cambios en el humor y comportamientos que pudieran indicar que algo no va bien.
En caso de sospecha de que el niño padezca TOC se le debería llevar cuanto antes a un psicólogo que confirme el diagnóstico e inicie terapia.
Como mensaje esperanzador indicarte que el TOC infantil tiene mejor pronóstico que el adulto, en un 50 % de los casos el TOC desaparece por completo. Es fundamental un tratamiento adecuado y el compromiso familiar, pregúntanos y te asesoreremos desde nuestra amplia experiencia.
Los familiares debéis de entender también qué es el TOC y aprender a actuar en las diferentes situaciones, para lo cual recomendamos grupos de apoyo como el de la Asociación TOC de Madrid
¿Cómo podemos distinguir si sus comportamientos repetitivos son un juego o un ritual obsesivo? ¿cuándo preocuparnos?
A determinadas edades es normal que los niños realicen juegos con elementos muy repetitivos u obsesivos. Por ejemplo: no pisar determinadas baldosas, colocar sus muñecos de determinada forma, llevar un objeto de la suerte para algún examen, etc
Es parte de su desarrollo y algo lúdico que no interfiere en el resto de su vida.
Sin embargo, si observamos que esas repeticiones o esos rituales se viven con ansiedad, son muy frecuentes, los lleva a cabo con angustia, se enfada, se irrita en exceso, o siente gran temor si no le dejamos que realice su ritual, o le interrumpimos, entonces, podemos estar ante un escenario que nada tiene que ver con el juego, si no ante algo limitante que le está afectando a nivel emocional, académico, o social.
Sería bueno, que si se dan estas señales de alerta hiciera una valoración un especialista.