Se conoce poco sobre los trastornos obsesivos compulsivos (Toc) pero, en cambio, sí son bastante habituales. Teniendo en cuenta la última actualización del colegio de psicólogos se estima que un 2,5% de la población tiene un Toc aunque no significa que llegue a afectar a su vida diaria. De hecho, solo ocurre en el 13% de los casos. Para su tratamiento es imprescindible obtener un diagnóstico, pero antes hay que detectar si nuestro hijo puede tener este problema.
“Las obsesiones pueden presentarse como ideas, pensamientos, impulsos, imágenes o sensaciones que provocan mucha ansiedad y malestar. Esto ocurre porque se viven como ideas intrusas e inapropiadas sobre temas delicados y dolorosos que la persona no desea tener y que no puede evitar que se repitan una y otra vez en su mente. Las compulsiones son actos físicos o mentales que la persona se ve obligada a hacer en respuesta a las obsesiones con el propósito de eliminarlas o evitar el daño que las obsesiones predicen” indica la psicóloga Nieves Álvarez. “Un niño puede estar pensando constantemente en la posibilidad de que sus padres fallezcan (obsesión) y para tratar de evitar que esto ocurra cuenta mentalmente hasta 100 (compulsión). Si es interrumpido deberá empezar de nuevo hasta poder completarlo perfectamente” indica la especialista.
Algunos de los indicios que pueden hacernos sospechar que una niña o un niño sufre un trastorno obsesivo-compulsivo son, según la psicóloga Nieves Álvarez:
- Cambios de humor y de comportamiento: los niños se muestran más tristes sin motivo aparente. Están ansiosos, irritables, enfadados y retraídos. Juegan y sonríen menos. Las obsesiones son pensamientos muy repetitivos sobre temas negativos y cuanto más intentan dejar de pensar en ellos, son más recurrentes.
- Cambio de rutinas en las que tratan de implicar al resto de la familia: las compulsiones provocan “cierto alivio” en el malestar provocado por las obsesiones. Intentan acomodar sus rutinas y las de la familia a las compulsiones que necesitan hacer para obtener ese “alivio”.
- Falta de concentración y de atención: a veces se muestran ausentes. Estar todo el día luchando contra sus obsesiones provoca que no puedan centrarse en otras tareas.
- Preocupaciones anormales para su edad: sobre la muerte, el paro, las enfermedades, la suciedad, el sexo, la religión… Los demás niños pueden pensar en ello, pero rápidamente se centran en algo que les interese más. El carácter recurrente y persistente de los pensamientos obsesivos hace que los niños con Toc no puedan olvidarse de estas preocupaciones.
- Miedos concretos: miedo a hacer un ejercicio en gimnasia por romperse algo; a montar en monopatín porque se puede caer; a jugar con una pistola de agua cerca de un enchufe, a los productos químicos… Las obsesiones pueden concretarse en formulaciones del tipo: “si juegas con agua cerca de un enchufe puedes electrocutarte”. Por ello tratarán de evitar este tipo de situaciones.
- Rigidez mental: se sienten frustrados si los planes cambian o las cosas no salen como esperaban. Presentan poca tolerancia a la frustración ante la que, incluso, pueden mostrarse agresivos. Sienten gran ansiedad durante todo el día y les queda poco margen para enfrentarse a otras situaciones negativas
- Buscan seguridad: formulando reiteradamente las mismas preguntas hasta lograr las respuestas que necesitan. El miedo les hace sentirse inseguros y dudar de todo, por ello buscan reafirmación externa.
- Pensamiento mágico: ciertas cosas dan buena o mala suerte, “si toco esto tres veces el examen me saldrá bien”. La única manera que encuentran de “controlar” variables que no dependen de ellos es recurriendo a la suerte.
- Exceso de responsabilidad y control sobre lo que ocurre alrededor: para tratar de evitar todas las cosas malas que les anticipan sus pensamientos.
- Hipersensibles a la crítica: les afecta mucho qué van a pensar o qué van a decir sus profesores y compañeros. Necesitan agradar y hacen lo posible por lograrlo.
La presencia de alguno de estos síntomas puede ser un indicio de que el niño padece un trastorno obsesivo compulsivo, pero el diagnóstico le corresponde a un profesional de la psicología. Será el encargado de determinar si el niño sufre un toc y, en caso positivo, cual es el grado del mismo. A partir de la confirmación, el psicólogo determinará el tratamiento a seguir.
Fuente: https://www.familycaixabank.com/es/page/salud/claves-detectar-toc.html
Nuestros clientes opinan
Tipo de TOC: Toc obsesivo de amores
Eduardo
Hace 5 añosTipo de TOC: Miedo a salir de casa y a la noche
Anónimo
Hace 5 añosTipo de TOC: ...
Anónimo
Hace 5 añosTipo de TOC: Miedo a haber tenido un accidente y no haberse dado cuenta. Miedo a ser pedófilo
Lucas
Hace 5 añosTipo de TOC: Obsesión con las relaciones amorosas y con las situaciones sociales
Anónimo
Hace 5 añosTipo de TOC: Miedo a hacer daño a otros o a sí misma, obsesión con sensaciones físicas vividas como muy desagradables
Ana
Hace 5 añosTipo de TOC: Miedo a que cuando le miren estén pensando cosas negativas sobre él
Anónimo
Hace 5 añosTipo de TOC: Culpabilidad por creer que he hecho daño
Juan Carlos
Hace 5 añosTipo de TOC: Obsesión por la perfección y no cometer errores, valores morales muy rígidos. Obsesión con una afición
Carmen
Hace 5 añosTipo de TOC: Obsesión por lavado por sensación de asco insoportable (su hijo) conflicto familiar por esa causa
Patricia
Hace 5 añosTipo de TOC: Miedo a ser el causante de que otro contraiga una enfermedad, miedo al infierno
Jorge
Hace 5 añosTipo de TOC: Miedo a contagiarse de la personalidad negativa de otro o de su mala suerte. Miedo a hacer daño a otros o a sí mismo
Mario
Hace 5 añosTipo de TOC: Obsesión con estar sola en el mundo
Loli
Hace 6 añosTipo de TOC: Ser mala persona y no merecer ser feliz
Juan
Hace 6 añosTipo de TOC: Orden y comprobación
Luisa
Hace 6 años